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y aún menos de la Europa que amamos y necesitamos

Edouard Pflimlin

El Rassemblement National, antiguo Front National, está a favor de una a"alianza europea de naciones libres y soberanas. Una especie de Europa a la carta en la que los Estados miembros serían libres de participar -o no- en la "cooperación industrial, económica y científica y otros "proyectos de futuro (Le Monde).
Es una Europa de las naciones, lo contrario de la Europa que surgió tras la Segunda Guerra Mundial, una Europa para superar las divisiones mortales entre naciones, porque una Europa de naciones lleva en sí misma las semillas de la guerra, la división, los intereses divergentes y la oposición profundamente arraigada. La historia lo ha demostrado desgraciadamente a lo largo de varios siglos, y lo sigue demostrando en el Este.

La Unión Europea, que se fundó sobre esta superación de lo antiguo, ha permitido un desarrollo económico y social extraordinario desde los años cincuenta y, sobre todo, desde los sesenta. No podemos ni debemos dar marcha atrás. Todo lo contrario.

La visión táctica de Rassemblement National incluye el rechazo a avanzar en ámbitos vitales para nuestro futuro, vinculados al futuro de Europa.

La estrategia tricolor del partido de extrema derecha se basa en el código de colores de los semáforos -verde, ámbar, rojo- y pretende distinguir entre sectores en los que la cooperación entre Estados europeos es aceptable, permisible sujeta a nuevas restricciones, o estrictamente impensable. Las líneas rojas se refieren a :

  • Gestionar la inmigración dentro de nuestros propios países.
  • Soberanía energética.
  • Diplomacia.
  • Defensa, incluida la propiedad de nuestra fuerza de disuasión nuclear.
  • La ampliación de la Unión o el paso de la unanimidad a la mayoría cualificada en la toma de decisiones de la UE.

Así pues, en un momento en que el entorno es tan amenazador en los límites de la Unión Europea y a nivel más global, en un momento en que la guerra de agresión contra Ucrania muestra la necesidad de una defensa europea común y de una industria de defensa europea común, de una ayuda económica común, tanto más necesaria cuanto que nuestro protector desde hace décadas, Estados Unidos, se tambalea, vacila y retrocede. A pesar de este contexto amenazador, la RN se opone a lo que es evidente. Ha llegado la hora de la defensa europea. No es el momento de esconderlo bajo la alfombra.

En ámbitos menos estratégicos pero muy sensibles, como la inmigración, la respuesta debe ser de nuevo conjunta, y sólo puede ser conjunta porque, como en Estados Unidos, que se enfrenta al mismo problema, las fronteras no son infranqueables. Y los inmigrantes legales e ilegales se desplazan fácilmente de un país a otro. Tenemos que abordar este problema juntos, y también con los países de origen.

La RN se equivoca y nos engaña al pregonar soluciones puramente "nacionales".

 

Para hacer avanzar a Europa, a la UE, necesitamos también un ejecutivo europeo fuerte. Sin embargo, también en este caso RN rechaza una Comisión Europea fuerte que, a pesar de sus deficiencias, encarne el interés común europeo y tenga poder de propuesta. Por supuesto, contrariamente al programa de RN para 2019, la Comisión Europea no sería abolida, pero perdería su prerrogativa de iniciar la legislación, y quedaría reducida a una simple secretaría general.

Al contrario, la Comisión Europea debe desempeñar su papel y seguir haciéndolo, al igual que el Parlamento Europeo. Pero para ver cómo trata la RN al Parlamento por absentismo y baja participaciónAdemás de las sospechas de que los fondos del Parlamento Europeo se utilizan para los intereses de su partido, es el caso de las sospechas de empleo ficticio de los asistentes parlamentarios de los eurodiputados del Frente Nacional el que está a la espera de ser juzgado después de las elecciones.

Algunas de las críticas dirigidas a Europa son también en gran medida injustificadas. La Política Agrícola Común (PAC), por ejemplo, es vilipendiada a menudo. Sin embargo, Francia es el mayor beneficiario de la PAC, con unos 9.000 millones de euros netos al año. Es cierto que, como hemos visto, los pequeños agricultores atraviesan graves dificultades, pero ¿dónde estarían nuestros grandes cerealistas y nuestras bazas agrícolas sin la PAC y el maná europeo? Tenemos que dejar de culpar de todo a Europa y de eludir nuestras responsabilidades.

 

En un mundo en el que los Estados nacionales europeos son limitados, nuestra responsabilidad es hacer avanzar a la Unión Europea. Ese es nuestro horizonte. Qué desprecio de la RN por Europa, que tanto ha hecho por el desarrollo de los pueblos de Europa en todos los ámbitos (hay muchas cifras que lo demuestran en los últimos 70 años), qué herida para los que creen, con razón, que Europa está al servicio de los pueblos y no al servicio de los populistas que engañan a los pueblos y atizan las divisiones que nos debilitan.

Porque, ¿qué, queremos volver a sumar Estados grandes en historia pero pequeños en demografía, economía o diplomacia?

No, la Europa que ve la RN es una idea falsa de Europa, una visión arcaica. Es una Europa que seguramente está volviendo a su pasado dividido, asesino y peligroso. Una Europa de las Naciones que nunca se ha demostrado históricamente. La Unión Europea nunca ha renegado de las Naciones, contrariamente a lo que dice la RN. Al contrario, quiere valorizarlas todas trabajando juntas, mirando al futuro, para hacer frente a los grandes retos de las próximas décadas, que no pueden resolverse solas, sino que deben resolverse juntas. ¡Todos para Europa, Europa para todos!

 

Edouard Pflimlin
Antiguo investigador del IRIS,
Director de la Asociación

 

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