Homenaje a Emilio Gabaglio

El mundo sindical europeo e internacional llora con profunda tristeza la muerte de Emilio Gabaglio, figura emblemática del movimiento sindical y de la integración europea. Emilio fue un líder de gran humanidad y visión estratégica, un hombre que trabajó incansablemente por la justicia social y la dignidad del trabajo en toda Europa.

Emilio Gabaglio ha dedicado gran parte de su vida al sindicalismo y a la construcción de una Europa social más integradora. Su carrera estuvo marcada por su compromiso como Secretario General de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) de 1991 a 2003, un periodo en el que Europa estaba redefiniendo su identidad política y económica a través de la expansión de la Unión Europea y la creación del euro. Gabaglio siempre ha situado en el centro de su trabajo la necesidad de proteger los derechos de los trabajadores en este proceso de transformación.

Gabaglio fue uno de los firmantes del acuerdo histórico entre la CES, la UNICE (ahora BusinessEurope) y el CEEP (ahora SGI Europe), que otorgó a los interlocutores sociales un papel clave en el proceso legislativo social, con la consulta obligatoria de los interlocutores sociales antes de adoptar cualquier legislación en este ámbito. Este acuerdo constituye la base del diálogo social europeo, elemento fundamental del modelo social europeo: el reconocimiento del papel activo de los interlocutores sociales en el seno de la Unión Europea representa un punto de inflexión decisivo para ambas partes, y confirma a Emilio Gabaglio en su papel de artífice de la nueva era de la Europa de los Pueblos.

Emilio Gabaglio estuvo estrechamente vinculado a Jacques Delors, Presidente de la Comisión Europea, durante los años cruciales en que se estaban sentando las bases de la moderna Unión Europea. Él y Delors compartían una visión social de Europa, un proyecto que no era sólo económico, sino que situaba la justicia social y los derechos de los ciudadanos en su centro. Su colaboración dio lugar a políticas que permitieron una mayor inclusión de los interlocutores sociales en la toma de decisiones europea, dando lugar a un diálogo social más estructurado e institucionalizado. En este sentido, Emilio Gabaglio puede considerarse un sucesor espiritual del método de Jean Monnet, el fundador de la integración europea, cuyo enfoque progresista y pragmático de la construcción europea encontró eco en la obra de Gabaglio. Al igual que Monnet, Gabaglio creía en la necesidad de tender puentes entre los distintos agentes sociales y políticos, convencido de que sólo se podía progresar mediante el diálogo y la cooperación, con el fin de crear una visión compartida de lo que Europa debía llegar a ser.

Quienes le conocieron recordarán a Emilio Gabaglio no sólo como un gran líder, sino también como una persona de extraordinaria humanidad. Era una persona humilde, nunca distante, capaz de hacer accesibles cuestiones complejas y de actuar siempre con un profundo sentido de la justicia.

Nos reunimos en torno a la familia con afecto y gratitud por Emilio, un hombre que dedicó su vida a construir una Europa más justa, más social y más solidaria.

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