La seguridad, la prosperidad y la democracia europeas ya no pueden depender de la voluble voluntad de Estados Unidos.

Noticias

29 diciembre 2025


La Unión Europea se enfrenta a retos sin precedentes en un momento en el que se cuestiona el orden multilateral basado en las Naciones Unidas. La estrategia de apaciguamiento hacia Donald Trump —desde la cumbre de la Alianza Atlántica hasta la desregulación de las normas relativas a la tecnología digital, la inteligencia artificial y el medio ambiente, pasando por la humillación arancelaria de Turnberry— no está funcionando. Las concesiones y los acomodamientos no han reducido la imprevisibilidad y la hostilidad de Trump. Por el contrario, han agravado la vulnerabilidad estratégica de Europa, han dado lugar a un plan de capitulación inaceptable para Ucrania y a una declaración de guerra política a la UE en forma de estrategia de seguridad nacional estadounidense, en la que se pide el retorno a una Europa de naciones y se anuncia, en consecuencia, una alianza con las fuerzas políticas nacionalistas populistas del continente.

Por lo tanto, Europa debe sacar las conclusiones pertinentes: su seguridad, su prosperidad y su democracia ya no pueden depender de la voluble voluntad de los Estados Unidos. La autonomía estratégica ya no es una opción, sino una necesidad. La Unión Europea debe ser capaz de actuar de forma independiente, asumir toda la responsabilidad de su propia defensa y defender sus intereses y valores en la escena mundial con soberanía y credibilidad.

Una Europa más productiva y competitiva es una condición previa para el poder geopolítico y el bienestar social. Por lo tanto, debemos velar por que los informes Letta y Draghi sobre la realización del mercado único y la competitividad europea se apliquen plenamente de aquí a 2028. Además, necesitamos un presupuesto plurianual que respalde nuevas inversiones, tanto públicas como privadas, en industrias clave e innovadoras. Por lo tanto, instamos a la Comisión a que presente una nueva propuesta de marco financiero plurianual (MFP) reforzado y más ambicioso, capaz de financiar los bienes públicos europeos, incluidas las nuevas prioridades en materia de defensa e investigación, preservando al mismo tiempo las dimensiones social y medioambiental, la cohesión y la agricultura, respetando el control parlamentario y el papel de las regiones y ciudades europeas, y financiado con recursos propios reales de la UE.

Pero recuperar la competitividad y modernizar el presupuesto no basta para construir una Europa geopolítica. Al igual que en 1950, debemos centrarnos en un punto esencial, a saber, la creación de una defensa común europea respaldada por una unión política más fuerte. Solo una Europa más federal puede hacer frente a estos retos, garantizando el respeto de nuestros valores y derechos fundamentales, a menos que estemos dispuestos a aceptar a Trump como autoridad política mundial, en una ambigua alianza con Putin y Xi Jinping. Conscientes de la amenaza que se cierne sobre la seguridad de la UE y de la abierta hostilidad de Trump, confirmada por la estrategia de seguridad nacional, instamos a los Estados miembros del Consejo Europeo a que establezcan una defensa común europea, tal y como prevé el artículo 42 del Tratado de la Unión Europea, lo que también puede hacerse mediante una nueva cooperación estructurada permanente entre los Estados miembros voluntarios en caso de falta de unanimidad. Esto constituirá un sistema de defensa europeo capaz de coordinar las fuerzas armadas nacionales en caso de agresión contra un Estado miembro. Para ello es necesario crear un centro de mando y control de la UE.

En términos más generales, las instituciones y los dirigentes de la UE deben aprovechar al máximo el Tratado de Lisboa, interpretándolo de manera federalista en todos los ámbitos, como se ha hecho con la respuesta a la pandemia del coronavirus, siguiendo también el llamamiento de Draghi a favor de un «federalismo pragmático». La UE no habría sido una potencia comercial con esta política sujeta a la unanimidad. Debemos superar la vetocracia en materia de política exterior, defensa y finanzas. Un presupuesto europeo más sólido, del que se beneficiarían algunos Estados miembros, podría supeditarse a su apoyo a la activación de las pasarelas que permiten pasar de la unanimidad a la votación por mayoría. Al mismo tiempo, el Consejo Europeo debe dar un seguimiento coherente a la propuesta del Parlamento de reformar los Tratados para abolir la unanimidad en el sistema de toma de decisiones de la UE —las políticas presupuestaria y fiscal, exterior, de seguridad y defensa, así como la ampliación, deberían regirse por el procedimiento legislativo ordinario—, incluso en lo que respecta a futuras modificaciones de los Tratados.

Consideramos que el Parlamento Europeo puede desempeñar un papel fundamental en la aplicación de las reformas institucionales necesarias, también con vistas a la ampliación. En primer lugar, condicionando su apoyo a los próximos presupuestos anuales y al MFP a la respuesta del Consejo Europeo a las solicitudes mencionadas. En segundo lugar, promoviendo una Asamblea Interparlamentaria (Assises) para abogar por la plena aplicación de estos objetivos, así como una Asamblea Ciudadana Europea ad hoc para implicar a los ciudadanos y a la esfera pública europea en su conjunto.

Con este fin, apoyamos la creación de una coalición proeuropea renovada, transpartidista e interinstitucional, que agrupe a los Estados miembros más comprometidos en el Consejo Europeo, a la mayoría proeuropea en los parlamentos europeos y nacionales, a la Comisión Europea y a las instituciones regionales y locales, más allá de las inercias particulares de cada institución, así como a la sociedad civil organizada proeuropea. Les llamamos a todos a movilizarse a nivel local, nacional y transnacional para apoyar estas demandas en favor de una Unión más soberana y más democrática.

Un colectivo de personalidades políticas e intelectuales, entre las que se encuentran Jacques Attali, Daniel Cohn-Bendit y Dominique Méda, hace un llamamiento en una columna del periódico «Le Monde», a fundar una Europa más federal y a crear una coalición proeuropea renovada, transpartidista e interinstitucional, única condición a sus ojos para garantizar la soberanía de la Unión Europea.

Este texto se basa en la Declaración adoptada por el Comité de Acción para los Estados Unidos de Europa relanzado el 18 de octubre de 2025 en la Maison Jean Monnet, Houjarray/Bazoches-sur-Guyonne, Francia.

Lea también
Volver al principio